Francisco Pérez de Antón

Este año, la Feria Internacional del Libro en Guatemala tiene el honor de rendir homenaje a Francisco Pérez de Antón.

Nacido en Oviedo, España, en 1940, vive desde 1963 en Guatemala, país del que se enamoró y al que ha marcado en cada una de las actividades que decidió realizar. Al dedicarle la XXI edición de Filgua, la Asociación Gremial de Editores de Guatemala (AGEG) quiere dar cuenta del impacto de su legado y de su obra en nuestro país.
Luego de una exitosa carrera como empresario, a través de la cual creó una de las marcas más emblemáticas de nuestro país, Pollo Campero, Francisco Pérez de Antón decidió dedicarse a su pasión primera: la literatura. Es así como, en 1986, funda la revista Crónica, que acompañó a la incipiente democracia y transformó el periodismo guatemalteco. Toda una generación de periodistas se formó en la revista que dirigió Francisco Pérez de Antón, y los lectores guatemaltecos descubrimos que un periodismo profesional, de investigación y análisis era posible en nuestro país. Para aquellos lectores, la penúltima página de Crónica fue el lugar en el que encontramos por vez primera el deleite, que podía ser la pluma fértil, entretenida y elegante de un escritor que muy pronto empezaría a deslumbrarnos más allá de las páginas del semanario.

En corteza de amate es su primera colección de artículos, género con el que el autor se ganó a su público y que continuó cultivando con El pozo de la espuma, El vuelo del faisán herido y Veinte plumas y un pincel. Entre sus obras tempranas encontramos también dos colecciones de narraciones breves en las que comenzamos a percibir su habilidad para atraparnos con relatos: Cansados de esperar el sol y Un lugar llamado Quivira.

Acaso fue en esas exploraciones que Francisco Pérez de Antón aprendió que podía contar la Historia –con mayúscula– inventando historias –con minúscula. ¿Cuántos lectores no han descubierto con sus novelas valiosas claves para comprender el pasado de nuestro país? ¿Cuántos no han desarrollado un amor por este país gracias a la manera de Pérez de Antón de fascinarnos con los personajes que pone en escena? Su habilidad para tejer narrativas complejas y ricas en detalles históricos ha cautivado a lectores de todas las edades. La trilogía compuesta por La guerra de los capinegros, Los hijos del incienso y de la pólvora y El sueño de los justos, por ejemplo, ha hecho más que muchos libros de historia por acercar al lector guatemalteco a los siglos que no conoció. Y pasa otro tanto con los siglos XX y XXI, cuando los vemos a la luz de Callejón de Dolores, Heridas tiene la noche, La corrupción de un presidente sin tacha o El crimen de la magistrada.

Si Francisco Pérez de Antón sostiene que entretener es el compromiso primero del escritor, entonces ha cumplido con gran solvencia. Quizás su logro más importante sea el entusiasmo de sus lectores cuando saben que un nuevo libro suyo está próximo a salir. ¡Qué dicha que tendrán la ocasión de participar en la presentación de tres nuevos libros de su autor favorito!

El legado literario de este miembro de número de la Academia Guatemalteca de la Lengua y ganador del Premio Nacional de Literatura (2011) está plenamente refrendado.

Lo que Filgua quiere celebrar este 2024 es la dimensión popular de su obra. ¡La invitación es a que sus lectores le hagamos una gran fiesta!